Nuestro ideal culinario es la simplicidad. Con los años, la forma de cocinar ha sufrido grandes cambios. ¿Quizás fruto del avance y de romper con los límites de la barrera territorial? ¡Quién sabe!
En general, la forma de cocinar de nuestros padres y abuelos se corresponden más bien poco con la manera de pensar y hacer del mundo actual. El gusto de las cosas, suele ser otro. Se ha perdido la concepción de la cocina como arte de lentitud, de paciencia y de calma, ha ido a la baja.